Argentina se volvió a consagrar campeón mundial sub-20. Esta vez, la sexta, de la mano de Agüero, Moralez y Banega; como en sus momentos los líderes fueron Messi, Saviola, Aimar, Riquelme, y el mismísimo Maradona.
Es el quinto mundial conseguido desde 1995. Cinco de siete para un record envidiable de la selección nacional -juvenil-. Paradójicamante, las mayores no ganan nada desde la Copa América `93. El sub-20 aporta para hoy, pero no garantiza el mañana escribió hace un par de semanas JP Varsky.
¿Si quiero ganar el juvenil? Claro, quiero ganar todo. Pero no me conforma ganar todo en juveniles y nada en mayores; ¿cuántos jugadores de los que participaron en el mundial son campeones juveniles? 13. Sí, trece jugadores, campeones con la sub-20, se quedaron en cuartos en Alemania. De nada sirve. El sub-20 debería ser un proceso, para llegar con experiencia a la mayor, y ahí ser campeones.
De cualquier manera es para destacar lo de los chicos que jugaron con mucha humildad y desde abajo llegaron a lo más alto. Para destacar también lo de Agüero, bicampeón mundial juvenil, opacado quizás en Holanda `05 por el excepcional nivel de Messi, esta vez tuvo su mundial: fue campeón, capitán, goleador y mejor jugador. Felicitaciones.
Como quedó pendiente en el post anterior, aca van los que deberían ser -para mí- los 11 de Argentina: Carrizo - Zabaleta; Coloccini; Buridsso; Sorín - Mascherano; Verón; Maxi Rodríguez; Aimar - Messi; Tévez.
22 julio 2007
15 julio 2007
La alegría es sólo brasilera
Cabizbajos; con las manos vacías; portadores de una desbordante impotencia. Imágen que tengo eternizada en mis pupilas, y que también pudo retratar algún fotógrafo en su cámara.
Poco de lo realizado hasta hoy tendrá sentido. Brasil jugó sin jogo bonito mediante, y no le impidió pasarnos por arriba. Se encargó de desnudar las falencias demostradas durante toda la competencia, antes opacadas y ocultadas bajo el manto de buenos resultados y buenas actuaciones individuales.
Nuevamente la celeste y blanca vuelve con las manos vacías, pero con varias conclusiones:
1- Mascherano fue el mejor jugador de la Copa. Siempre supo cual era su rol en el equipo y lo cumplió a la perfección (ah! también hizo goles, por si hacía falta).
2- La defensa argentina fue una de las peores del torneo. Pocas veces enfrentada, igual cantidad de veces superada.
3- Siempre se necesitó de la luz individual de algún jugador estrella para abrir los partidos. Después venía el paseo (justo contra Brasil, nadie -ni Basile- tuvo la llave).
4- Messi demostró al mundo futbolístico que no le queda grande la mayor, que merece desde ahora un lugar entre los 11 iniciales.
5- Abbondanzieri no puede seguir viviendo del pasado. El fútbol es el día a día. Hoy hay muchos arqueros arriba del lamentable nivel que presentó.
6- Riquelme contagió su juego pausado al equipo y en sus momentos dio resultado -sostengo todo lo escrito hasta hoy- sólo que hay situaciones en donde hay que desesperarse, agarrar la pelota y encarar, como intentaron -sin éxito- Messi, Tévez y Aimar.
7- Verón es un gran jugador pero nunca tuvo un espacio claro en el equipo. Tenía que dejar la raya libre para la sorpresiva subida de Zannetti; no meterse mucho al medio para no molestar a Román; no necesitaba ir para atrás porque Mascherano hacía todo solo; en fin, no supo encontrar su lugar -ni él, ni el propio Basile-.
8- De nada sirve ser el que mejor juego refleja si en el avión de regreso no traes el trofeo bajo el brazo. Consuelos morales como los de Perú 2004 o Alemania 2006 ya no sirven.
9- Basta Quilmes, CTI, Movistar y cía. Basta de hacer publicidades pegajosas que vienen seguidas de grandes desepciones.
10- Basta, porque ya van 14 años y seguimos contando...
Poco de lo realizado hasta hoy tendrá sentido. Brasil jugó sin jogo bonito mediante, y no le impidió pasarnos por arriba. Se encargó de desnudar las falencias demostradas durante toda la competencia, antes opacadas y ocultadas bajo el manto de buenos resultados y buenas actuaciones individuales.
Nuevamente la celeste y blanca vuelve con las manos vacías, pero con varias conclusiones:
1- Mascherano fue el mejor jugador de la Copa. Siempre supo cual era su rol en el equipo y lo cumplió a la perfección (ah! también hizo goles, por si hacía falta).
2- La defensa argentina fue una de las peores del torneo. Pocas veces enfrentada, igual cantidad de veces superada.
3- Siempre se necesitó de la luz individual de algún jugador estrella para abrir los partidos. Después venía el paseo (justo contra Brasil, nadie -ni Basile- tuvo la llave).
4- Messi demostró al mundo futbolístico que no le queda grande la mayor, que merece desde ahora un lugar entre los 11 iniciales.
5- Abbondanzieri no puede seguir viviendo del pasado. El fútbol es el día a día. Hoy hay muchos arqueros arriba del lamentable nivel que presentó.
6- Riquelme contagió su juego pausado al equipo y en sus momentos dio resultado -sostengo todo lo escrito hasta hoy- sólo que hay situaciones en donde hay que desesperarse, agarrar la pelota y encarar, como intentaron -sin éxito- Messi, Tévez y Aimar.
7- Verón es un gran jugador pero nunca tuvo un espacio claro en el equipo. Tenía que dejar la raya libre para la sorpresiva subida de Zannetti; no meterse mucho al medio para no molestar a Román; no necesitaba ir para atrás porque Mascherano hacía todo solo; en fin, no supo encontrar su lugar -ni él, ni el propio Basile-.
8- De nada sirve ser el que mejor juego refleja si en el avión de regreso no traes el trofeo bajo el brazo. Consuelos morales como los de Perú 2004 o Alemania 2006 ya no sirven.
9- Basta Quilmes, CTI, Movistar y cía. Basta de hacer publicidades pegajosas que vienen seguidas de grandes desepciones.
10- Basta, porque ya van 14 años y seguimos contando...
12 julio 2007
Con el Coco funcionando
Argentina está a un paso de repetir la historia, después de catorce años. Aquel campeonato del 93 fue obtenido con el Coco Basile como técnico, el mismo que hoy dirige la selección.
Como dice el título, así ganó Argentina. Con la cabeza funcionando, pensando, muy concentrada y metida en el partido. Se dejó en el camino con un contundente 3-0 a México, único que además de la celeste y blanca venía invicto, y que antes del cruce de semis había recibido tan sólo un gol.
Los pilares de siempre: Mascherano, Riquelme, Messi. El primero el más destacado, no se toma ninguna jugada de descanso, nunca desaparece; siempre ubicado donde tiene que estar. Riquelme, con sus tiempos y sus pausas, con sus ideas, llevando la credencial de líder futbolístico, haciendo girar la calesita a su ritmo; un ritmo que sus compañeros van entendiendo, y se va notando en el transcurso de los partidos. ¿Qué decir de Messi que no suene repetitivo? Simplemente voy a dejar la frase de Basile cuando le preguntaron por el gol que había marcado "Había que cerrar el estadio. Los genios hacen eso." Sin dudas, se va encaminando cada vez más a heredar lo que se perdió del fútbol, cuando se retiró el más grande.
Viene Brasil. El partido más esperado, el más buscado. Por más Brasil A, B o Z que sea, sigue siendo Brasil. Es el encuentro que hay que ganar, sino nada de lo hecho hasta acá tiene sentido. Todo o nada. Gloria u olvido. Pocos recuerdan aquel equipo de Bielsa del 2004 que, con gran juego, perdió la final, final que se robó Adriano. La historia la escriben los que ganan, dicen. Entonces, que la historia la escriban Mascherano, Riquelme y Messi, y nos olvidemos que alguna vez jugó en esta Copa un tal Robinho.
Como dice el título, así ganó Argentina. Con la cabeza funcionando, pensando, muy concentrada y metida en el partido. Se dejó en el camino con un contundente 3-0 a México, único que además de la celeste y blanca venía invicto, y que antes del cruce de semis había recibido tan sólo un gol.
Los pilares de siempre: Mascherano, Riquelme, Messi. El primero el más destacado, no se toma ninguna jugada de descanso, nunca desaparece; siempre ubicado donde tiene que estar. Riquelme, con sus tiempos y sus pausas, con sus ideas, llevando la credencial de líder futbolístico, haciendo girar la calesita a su ritmo; un ritmo que sus compañeros van entendiendo, y se va notando en el transcurso de los partidos. ¿Qué decir de Messi que no suene repetitivo? Simplemente voy a dejar la frase de Basile cuando le preguntaron por el gol que había marcado "Había que cerrar el estadio. Los genios hacen eso." Sin dudas, se va encaminando cada vez más a heredar lo que se perdió del fútbol, cuando se retiró el más grande.
Viene Brasil. El partido más esperado, el más buscado. Por más Brasil A, B o Z que sea, sigue siendo Brasil. Es el encuentro que hay que ganar, sino nada de lo hecho hasta acá tiene sentido. Todo o nada. Gloria u olvido. Pocos recuerdan aquel equipo de Bielsa del 2004 que, con gran juego, perdió la final, final que se robó Adriano. La historia la escriben los que ganan, dicen. Entonces, que la historia la escriban Mascherano, Riquelme y Messi, y nos olvidemos que alguna vez jugó en esta Copa un tal Robinho.
09 julio 2007
La solución está en el banco
Bien podría ser la publicidad de los bancos que cambiaron de nombre y ahora se llaman todos igual; pero no lo es. Se trata de la selección nacional que define los partidos por los movimientos de fichas de Basile con el partido en marcha.
Salvando el choque ante Colombia -único encuentro en el cual fuimos al descanso en ventaja- Argentina siempre necesitó de variantes desde el banco de suplentes para resolver los partidos. En la presentación fue Aimar; en la definición del grupo, Messi y Mascherano; anoche, Tévez.
El apache entró con el único objetivo de encarar. Tiró enseguida una pared con Riquelme -que no la había tocado en el primer tiempo- que definió de zurda desde afuera. Golazo. De ahí fue todo para la celeste y blanca, que controló el partido ante un Perú que nunca fue una amenaza.
Lo destacado:
1- Riquelme apareció como con Boca en la copa, en los momentos importantes: ilusiona.
2- Messi juega cada día mejor, cerrándole la boca a los que decían que no jugaba con la selección como en Barcelona.
3- Mascherano, siempre. Monumento al sacrificio y la entrega, al juego que no brilla ni vende publicidades. Se encontró nuevamente en la foto de festejo de gol. Bien merecido que lo tiene.
4- No se puede criticar ni a la defensa ni al arquero - que la única cagada que casi se manda, terminó en un pase largo para el gol argentino- porque claro, Mascherano y la ofensiva peruana les dieron el dia franco.
5- Tévez sale con muchas ganas cada vez que se calza la celeste y blanca. Merece estar desde el arranque en las semis.
6- Muchos goles en todas las llaves de cuartos -varios por errores defensivos, pero son goles al fin-.
7- México viene bien y será complicado; esperemos el desenlace sea el mismo que en Alemania.
Salvando el choque ante Colombia -único encuentro en el cual fuimos al descanso en ventaja- Argentina siempre necesitó de variantes desde el banco de suplentes para resolver los partidos. En la presentación fue Aimar; en la definición del grupo, Messi y Mascherano; anoche, Tévez.
El apache entró con el único objetivo de encarar. Tiró enseguida una pared con Riquelme -que no la había tocado en el primer tiempo- que definió de zurda desde afuera. Golazo. De ahí fue todo para la celeste y blanca, que controló el partido ante un Perú que nunca fue una amenaza.
Lo destacado:
1- Riquelme apareció como con Boca en la copa, en los momentos importantes: ilusiona.
2- Messi juega cada día mejor, cerrándole la boca a los que decían que no jugaba con la selección como en Barcelona.
3- Mascherano, siempre. Monumento al sacrificio y la entrega, al juego que no brilla ni vende publicidades. Se encontró nuevamente en la foto de festejo de gol. Bien merecido que lo tiene.
4- No se puede criticar ni a la defensa ni al arquero - que la única cagada que casi se manda, terminó en un pase largo para el gol argentino- porque claro, Mascherano y la ofensiva peruana les dieron el dia franco.
5- Tévez sale con muchas ganas cada vez que se calza la celeste y blanca. Merece estar desde el arranque en las semis.
6- Muchos goles en todas las llaves de cuartos -varios por errores defensivos, pero son goles al fin-.
7- México viene bien y será complicado; esperemos el desenlace sea el mismo que en Alemania.
06 julio 2007
Con uno alcanza
Alcanzó con un gol para derrotar a Paraguay y quedar primeros del grupo. Pero el partido, con grandes lapsos aburridos, dejo muchas otras conclusiones.
1- La selección puede ganar con Riquelme out of service.
2- Messi volvió a demostrar, con escasos minutos en cancha, que juega a la pelota como pocos. Su movilidad y superioridad en el mano a mano -ante quien sea- le dio la chance de gol a Masche.
3- Mascherano, siempre Mascherano. Incansable trotamundos. Tiene además un contagio especial que hace que todo el equipo se ponga a correr y presionar todas -claro, cómo no correr viendo semejante sacrificio de tu compañero; ¡hace correr hasta a Verón!-.
4- Palacio, al igual que González, perdieron su oprtunidad. Muy poco se vio de ellos, con constantes errores e indicaciones de Basile.
5- Buen partido de Tévez que no lo pudo reflejar en la red.
6- Esperábamos más de Aimar, después del partido ante USA. De todos modos, no jugó mal.
7- El Cata Díaz tiene que aprovechar el regalo que le dieron; nunca más en su vida se va a poder poner la celeste y blanca -un invento del Coco-.
8- ¡Jugamos con arquero! Sí, los paraguayos tiraron dos veces al arco y, llevándonos una grata sorpresa, vimos que había uno con camiseta distinta que la podía sacar con la mano. Ese era Abbondanzieri, que las dos que le tiraron, no entraron -ninguna fue difícil, pero últimamente él mismo se encargaba de que así lo fueran todas las pelotas con destino al arco-.
Argentina se queda con la tranquilidad de ser primero en el grupo, tener puntaje ideal, y no tener que viajar para jugar cuartos. En esa instancia se aparece Perú; un partido que la selección debería superar sin sobresaltos.
La selección viene firme, es el único con puntaje perfecto. ¿El juego es también perfecto? Estamos en camino, pero falta la recta final que es donde hay que demostrar para qué estamos.
1- La selección puede ganar con Riquelme out of service.
2- Messi volvió a demostrar, con escasos minutos en cancha, que juega a la pelota como pocos. Su movilidad y superioridad en el mano a mano -ante quien sea- le dio la chance de gol a Masche.
3- Mascherano, siempre Mascherano. Incansable trotamundos. Tiene además un contagio especial que hace que todo el equipo se ponga a correr y presionar todas -claro, cómo no correr viendo semejante sacrificio de tu compañero; ¡hace correr hasta a Verón!-.
4- Palacio, al igual que González, perdieron su oprtunidad. Muy poco se vio de ellos, con constantes errores e indicaciones de Basile.
5- Buen partido de Tévez que no lo pudo reflejar en la red.
6- Esperábamos más de Aimar, después del partido ante USA. De todos modos, no jugó mal.
7- El Cata Díaz tiene que aprovechar el regalo que le dieron; nunca más en su vida se va a poder poner la celeste y blanca -un invento del Coco-.
8- ¡Jugamos con arquero! Sí, los paraguayos tiraron dos veces al arco y, llevándonos una grata sorpresa, vimos que había uno con camiseta distinta que la podía sacar con la mano. Ese era Abbondanzieri, que las dos que le tiraron, no entraron -ninguna fue difícil, pero últimamente él mismo se encargaba de que así lo fueran todas las pelotas con destino al arco-.
Argentina se queda con la tranquilidad de ser primero en el grupo, tener puntaje ideal, y no tener que viajar para jugar cuartos. En esa instancia se aparece Perú; un partido que la selección debería superar sin sobresaltos.
La selección viene firme, es el único con puntaje perfecto. ¿El juego es también perfecto? Estamos en camino, pero falta la recta final que es donde hay que demostrar para qué estamos.
02 julio 2007
A cuartos en 4 x 4
Trabajosa fue la clasificación. Complicado el camino. Mucho barro en el trayecto hasta la primera parada de un Rally que se fue a correr a Venezuela con el único y exclusivo objetivo de alcanzar el festejo de ganador.
El primer partido fue más disputado de lo que de antemano se esperaba. El escollo se pudo superar con contundencia; con cuatro goles que colapsaron las ilusiones norteamericanas. 4-1.
El segundo, con un rival que se mostró mucho mas digno que en su lamentable presentación, no fue menos. Mucha rudeza en el equipo cafetero que se jugaba tres puntos fundamentales.
Argentina jugó mejor -de mascherano para adelante-. Controló la pelota como en aquel partido ante USA, sólo que en este cotejo supo que hacer con ella. Creó situaciones, e intentó enfriar el partido con la pelota debajo del pie -Riquelmanía- cuando Colombia se encontró, inmerecidamente, a un gol del empate. Fue otra vez con contundencia, otra vez cuatro. Esta vez, 4-2.
Lo mejor: otra vez el cuidado de la pelota, esta vez más profundizado; el primer doblete de Riquelme en la Selección, que además de los goles, hizo un muy buen partido; el incansable Mascherano -que creo que por siempre estará en esta sección-; el gran partido de Messi, dejando el estrellato de lado y mostrándose para tocar y crear; la empatía de Tevez, que cuando Basile llamó a Milito no hizo más que un gesto natural de decepción, y cuando le tocó entrar corrió todas; y por último la nuevamente presente eficacia en la red.
Lo peor: Heinze y Milito, -que bien Víctor Hugo se podría preguntar ¿de qué planeta viniste?- perdidos con el poco trabajo que Mascherano y Ayala les dejan; la lesión de un jugador clave como Crespo; la desastrosa labor de Abbondanzieri, que le meten un gol en slow motion y ni siquiera llega a apoyar el codo en el pasto -cero reacción- y otro que cabecean al medio y se encarga de meterla junto al palo, en las dos veces que la pelota fue al arco; y no puede faltar, la vergonzosa presentación de Carlos Simón, quien amonesta a Perea cuando la patada a Verón era para roja, y un minuto después a Arizala cuando su patada a Mascherano era para cadena perpetua. Claro, ahí se le fue el partido de las manos: no amonestó a Heinze en la jugada siguiente, y cobró un penal a favor de la celeste y blanca que bien podría haber sido indirecto por jugada peligrosa, o simplemente un choque eventual que no interrumpiera el partido. Un ejemplo más de cómo se dirige en la Conmebol.
El primer partido fue más disputado de lo que de antemano se esperaba. El escollo se pudo superar con contundencia; con cuatro goles que colapsaron las ilusiones norteamericanas. 4-1.
El segundo, con un rival que se mostró mucho mas digno que en su lamentable presentación, no fue menos. Mucha rudeza en el equipo cafetero que se jugaba tres puntos fundamentales.
Argentina jugó mejor -de mascherano para adelante-. Controló la pelota como en aquel partido ante USA, sólo que en este cotejo supo que hacer con ella. Creó situaciones, e intentó enfriar el partido con la pelota debajo del pie -Riquelmanía- cuando Colombia se encontró, inmerecidamente, a un gol del empate. Fue otra vez con contundencia, otra vez cuatro. Esta vez, 4-2.
Lo mejor: otra vez el cuidado de la pelota, esta vez más profundizado; el primer doblete de Riquelme en la Selección, que además de los goles, hizo un muy buen partido; el incansable Mascherano -que creo que por siempre estará en esta sección-; el gran partido de Messi, dejando el estrellato de lado y mostrándose para tocar y crear; la empatía de Tevez, que cuando Basile llamó a Milito no hizo más que un gesto natural de decepción, y cuando le tocó entrar corrió todas; y por último la nuevamente presente eficacia en la red.
Lo peor: Heinze y Milito, -que bien Víctor Hugo se podría preguntar ¿de qué planeta viniste?- perdidos con el poco trabajo que Mascherano y Ayala les dejan; la lesión de un jugador clave como Crespo; la desastrosa labor de Abbondanzieri, que le meten un gol en slow motion y ni siquiera llega a apoyar el codo en el pasto -cero reacción- y otro que cabecean al medio y se encarga de meterla junto al palo, en las dos veces que la pelota fue al arco; y no puede faltar, la vergonzosa presentación de Carlos Simón, quien amonesta a Perea cuando la patada a Verón era para roja, y un minuto después a Arizala cuando su patada a Mascherano era para cadena perpetua. Claro, ahí se le fue el partido de las manos: no amonestó a Heinze en la jugada siguiente, y cobró un penal a favor de la celeste y blanca que bien podría haber sido indirecto por jugada peligrosa, o simplemente un choque eventual que no interrumpiera el partido. Un ejemplo más de cómo se dirige en la Conmebol.
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