20 mayo 2007

Esta vez tenías razón

Sí Daniel. Esta vez, si te quejabas, tenías razón. Cuando el reloj acusaba 45 del segundo tiempo, le anularon a Marco Ruben un gol por una inexistente posición adelantada. Tres minutos después, luego de una confusión entre Furchi (árbitro del partido) y el juez de línea por un lateral, llegó el gol de Estudiantes (¿suerte de campeón¿). Y River, que mereció mejor suerte, se quedó sin nada.

En el suspendido a partir del lunes estadio Monumental (que se presta más para un post político que deportivo), el equipo de Passarella perdió, paradójicamente, en uno de los partidos dónde jugó más claro -que tampoco fue tan claro-. De todos modos, no perdió por Furchi, sino por la falta de definición. Un River que después de la tonta expulsión de Ortega deja aislado a Falcao, sin compañía, y sobre todo, sin un 9 que pese en el área rival.

Casualmente -o no tanto- compañía es lo que le sobró a Calderón y Pavone. El "Cholo" Simeone tiró toda la carne al asador y se la jugó: tuvo durante casi 20 minutos, a cuatro delanteros en cancha. Sin embargo, a la parrilla le faltaba fuego. A los platenses les faltaban ideas. Verón desorientado no encontraba el timón para llevar su equipo adelante y crear situaciones. El partido lo emparejaban sólo por la entrega. Y, sobre la hora -en realidad, pasada la hora- llegó el gol que, si lo merecía, era por sacrificio, por hambre, y por esas ganas de ganar que brotaban desde el banco con cambios que sorprendían hasta al propio Passarella.

Estudiantes sigue peleando y, uno supone, peleará hasta el final. Boca también ganó y está prendido, aunque sufrió más de lo previsto. Russo hizo rotar al equipo para enfrentar a un -de antemano- frágil Quilmes semi-descendido. Sin embargo el partido no fue accesible en lo más mínimo. Incluso si el resultado huibera sido empate, no era ilógico tampoco.

Más de una Hepatalgina debió necesitar Ramón para disfrutar su asado de domingo. Día de descanso ya que su equipo se había asegurado el sábado la cúspide de las posiciones y, como bien escribió Pablo Cavallero para Olé, había dejado en claro que este San Lorenzo no es chiste.

Cuatro partidos, doce puntos, todo un campeonato.

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